Rasgos del apetito y patrones de alimentación en niños y niñas de 12 a 36 meses de edad

Abstract

Los rasgos del apetito son un conjunto de predisposiciones que hacen que algunas personas sean más susceptibles a comer en exceso o consumir menos alimentos, llevando a los individuos a ser más propensos a riesgos que contribuyen al desarrollo de obesidad o bajo peso (Llewellyn, 2015; Mallan, 2017). Mediante la aplicación del Cuestionario de conducta alimentaria para niños (Wardle, 2001) se ha identificado que los rasgos del apetito de alta “respuesta a los alimentos” y baja “respuesta a la saciedad” se han asociado con comidas más frecuentes y mayores tamaños de comida respectivamente (Syrad, 2016). Sin embargo, la evaluación de los rasgos del apetito en el ámbito latinoamericano y su asociación con otras variables ha sido baja (Alves, 2020; Henríquez, 2018; De la Fuente, 2020). Es muy poco lo que se sabe sobre la relación entre los rasgos del apetito y los patrones de alimentación entre los 12 y 36 meses de edad. El objetivo de esta investigación fue identificar la relación entre los rasgos de apetito y los patrones de alimentación de niños de 12 a 36 meses que asisten al Hospital Civil de Guadalajara Dr. Juan I. Menchaca y a la zona metropolitana de Guadalajara. Metodología: Estudio de diseño transversal analítico, con sistema de muestreo no probabilístico por casos consecutivos que asistieron al Hospital Civil de Guadalajara Dr. Juan I. Menchaca, consulta privada pediátrica de la zona metropolitana de Guadalajara y al museo Trompo Mágico o que fueron contactados por redes sociales de profesionales del área de la nutrición materno infantil y cumplían con los criterios de inclusión. La muestra fue captada de enero a septiembre de 2022. Se realizó una encuesta aplicada mediante entrevista directa por un entrevistador entrenado; en ésta se aplicó el Cuestionario de Conducta Alimentaria para niños de uno a tres años (CEBQ-T), una frecuencia de consumo por grupos de alimentos cualitativa y se indagó sobre aspectos sociodemográficos y otras variables alimentarias. El análisis estadístico se ejecutó con los programas IBM SPSS Statistics versión 23.0. Se realizaron pruebas chi cuadradas, test exactos de Fisher junto con pruebas post hoc Z con corrección de Bonferroni, razones de momios, pruebas tStudent, ANOVAs con prueba post hoc de Bonferroni y correlaciones de Pearson y Spearman. Resultados: En total se obtuvo una muestra de 243 niños y niñas de 12 a 36 meses de edad, los cuidadores principales que ofrecieron la información de sus hijos tenían en su mayoría educación superior (74.1%). Se identificaron tres patrones de alimentación, al primer patrón se le nombró patrón “procesado”, el cual fue alto en granos refinados, carnes procesadas, bebidas lácteas endulzadas, salsas, condimentos, bebidas con azúcar, alimentos industrializados para niños y jugo natural. El segundo patrón se denominó como “saludable” este fue alto en granos y tubérculos enteros, verduras, frutas, leguminosas, pescados, leche, yogurt natural, huevos, semillas, y bebidas sin azúcar. El tercer patrón de alimentación identificado se denominó de “transición alimentaria/moderna mexicana” y este fue alto en productos de maíz, carnes, cereales dulces o salados, botanas y postres. El patrón de alimentación más frecuente en esta población fue el “saludable” (61.7%). Se identificó que de forma directa y significativa que los rasgos pro-ingestión de “respuesta a los alimentos” (r=0.254; p=0.001) se correlacionan con el patrón “procesado”. Sin embargo, el patrón “procesado” se relacionó de forma inversa con el “disfrute de los alimentos” (r= -0.165; p =0.010). El “disfrute de los alimentos” se correlacionó de forma directa y significativa con el patrón “saludable” (r=0.269; p