Experiencias vividas de investigadores educativos consolidados en México

Abstract

La formación de investigadores educativos en México continúa siendo uno de los grandes retos por fortalecerse en el país, sobre todo, cuando se trata de desarrollar una carrera académica derivada de una formación sólida y con las condiciones institucionales y personales favorables que contribuyan a la consolidación de la práctica de investigación, en tanto oficio. En la actualidad, las opciones para estudiar un doctorado y obtener el grado son múltiples y diversas; sin embargo, lograr una formación sólida con amplias posibilidades y condiciones para desarrollar una carrera académica, se ha vuelto complejo, pero, es más difícil llegar a consolidar la práctica de investigación en tanto oficio, de manera que pueda ser reconocida por los actuales sistemas de evaluación a la producción científica y por las comunidades de investigación y, con ello, ir subiendo de nivel de reconocimiento. Lograr lo anterior, avala la idea de ser buen investigador y de estar alcanzando de manera gradual la consolidación en dicho oficio, de acuerdo con la lógica de evaluación a la producción y carrera científica del SNI-CONACyT. Es sabido también que, en el mundo de la ciencia, y en especial en el campo de la investigación educativa, cada vez hay mayor presión para que los investigadores en funciones alcancen altos niveles de consolidación, por lo mismo, se explicitan cada vez más criterios a seguir para forjar dicha trayectoria. Sin embargo, hay que considerar que la actividad de investigación, involucra y demanda otras maneras de mirarla, pensarla y sentirla, porque un oficio se aprende y construye en esa práctica continua de la vida cotidiana y desde la intimidad de quien interioriza sus saberes; es allí donde cobra sentido y significado lo que hacen los investigadores, es en ese proceso íntimo de las personas donde se puede hacer consciencia de lo que se ha vivido, y reflexionar a distancia sobre el sentido que tienen dichas experiencias en términos de consolidar el oficio de investigador. Desde esta mirada, el foco de esta investigación se centró en el análisis de la experiencia vivida, aquella que, en el transcurso de la historia vital de investigadores educativos en México, cobró relevancia y fue esencial para impulsar su interés por la investigación, formarse para este oficio, desarrollarse y consolidar su práctica de investigación en dicho campo de conocimiento. En este trabajo, la propuesta teórica-metodológica que Van Manen (2003) hace desde los planteamientos de la fenomenología hermenéutica para el estudio de lo que las personas viven y significan en el mundo de su vida cotidiana, fue la que orientó las decisiones. La experiencia vivida rememorada por las personas partícipes de esta investigación, permitió construir el relato de vida sustentado en los planteamientos de Bertaux (1993), de tal manera que habiendo culminado el proceso de recuperación del material empírico, éste sirvió como punto de partida para describir la experiencia en blanco y negro (Moreno y Torres, 2018), identificar las estructuras de significado de la experiencia, explicar e interpretar el significado de ser investigador educativo consolidado, así como practicar la reflexión fenomenológica (Van Manen, 2003) sobre el sentido que tiene en su vida cotidiana, la condición de ser investigador educativo consolidado. Para lo anterior, los cuestionamientos que orientaron las decisiones tanto teóricas como las metodológicas de este estudio fueron las siguientes: ¿qué implica para los investigadores educativos la experiencia vivida de consolidar la práctica de investigación en tanto oficio en México?, ¿qué experiencias vividas asociadas a su interés, formación y desarrollo como investigador/a, contribuyeron a la consolidación de la práctica de investigación, en tanto oficio? y, ¿qué sentido adquiere, para los investigadores educativos en México, la experiencia vivida de consolidar su práctica de investigación en tanto oficio? El propósito del estudio fue comprender, a partir de las experiencias vividas de cuatro investigadores, el proceso de consolidación de la práctica de investigación educativa en tanto oficio y el sentido que ésta adquiere para ellos (o para los propios investigadores). Es decir, a la par se propuso practicar la reflexión fenomenológica sobre el sentido que tiene para ellos contar con el reconocimiento de la consolidación de su práctica de investigación, conferido por el CONACyT y la comunidad científica de la educación. Por su parte, en la revisión del estado de la cuestión se encontró que la experiencia vivida, en el contexto de la formación de investigadores, no ha sido abordada como fenómeno central de análisis en las investigaciones localizadas. Lo más cercano a este interés de estudio, ha sido la recuperación de la experiencia como medio de acceso para comprender otros intereses de investigación que se presentan, con mayor precisión, en el acontecer de la vida íntima de la formación doctoral. Trabajos como los de Moreno y Torres (2018) evidencian otros escenarios donde los investigadores nóveles continúan con el proceso de formación para la investigación, y empiezan a experimentar las complejidades del oficio y las condiciones para desarrollar una carrera científica. Por tanto, el análisis de las experiencias vividas de investigadores educativos consolidados en México, que se presenta en este estudio, da cuenta del sentido que le atribuyen a esta actividad en su vida cotidiana como investigadores.