Integración plástica y movimiento moderno, la Ciudad Universitaria de la UNAM como propuesta de mexicanidad arquitectónica moderna, 1950-1956

Abstract

Ya desde los albores de la incipiente nación que eventualmente sería denominada como mexicana, se fraguó la controversia por la identidad. Hispanismo, indigenismo, mestizaje y modernidad se cuentan entre los bandos que, dentro de los más variados ámbitos que conforman la realidad nacional, se han visto enfrentados en una sucesión centenaria de debates, propuestas y movimientos, ya sea al alabo de intelectuales y/o artistas, auspiciados de manera oficial por los gobiernos, al cobijo del folclor popular, o incluso como proyecto más o menos conjunto de algunos o todos los anteriores. No es secreto en lo absoluto, la forja identitaria en México se trata de un proceso convulso, pues lo mismo involucra pastiches y estrepitosas catástrofes ideológicas y estilísticas, como ensayos destacables y eventuales aciertos. En fin, es un proceso interesante. Todo asunto donde se enfrenten ideas defendidas con pasión, sin que el careo de estas devenga en una cacofonía de voces sordas, por más inflexibles que estas sean, puede considerarse como un ejercicio enriquecedor para el medio y la cultura que lo origina y promueve. Tampoco es novedad que en materia arquitectónica y la correspondiente proporción urbanística, tales diferencias hayan dado lugar a fenómenos de diversificación que por un lado enriquecen tales medios, pero que en otro extremo los convierten en manifestaciones más complejas, mismas que requieren de una mayor inmersión para su estudio.