Características clínicas y demográficas y su relación en los adolescentes con ideacion e intentó suicida atendidos en urgencias pediatría

Abstract

En el proceso de formación de un médico, e incluso previo al ingreso a una escuela de medicina, se siembra en el pensamiento y en el corazón del mismo el fundamento de salvaguardar la vida de las personas como el objetivo más Preciado, así como tratar de educar a las personas para que ellas mismas cuiden de su salud, por lo que inconscientemente cuando abordamos a un paciente con diagnóstico de intento o ideación suicida, o en general alguien en el que observamos poco deseo de vivir o cuidar su salud, perdemos el interés o llegar a sentir un poco de resentimiento hacia esas personas por cuidar lo más Preciado considerado por nosotros los médicos, sin alcanzar a percibir , los que no nos dedicamos enteramente a la psiquiatría, que esas personas nos piden a frutos ayuda, y más una población tan vulnerable como son los adolescentes. El concepto de la muerte en un niño y adolescente va cambiar do con la edad, antes de los dos años existe la sensación de ausencia y presencia asociando a ello manifestaciones de angustia, no hay pensamiento operacional ni la capacidad de integrar un concepto como la muerte. Entre los tres y siete años de edad, la idea de la muerte es concebida como fenómeno reversible o temporal, con atribuciones mágicas que responden a su pensamiento Prope raciónale y el concepto que puede adquirir propiedades tenebrosas. Entre los siete y once años, aparece el pensamiento operacional, donde se van adquiriendo los diferentes elementos que Piaget define con formadores de una una de muerte apropiada. Es desde la once s doce años de edad que se presentó el concepto de muerte aliadófila a la capacidad de abstracción. El suicidio ha estado ligado a la humanidad y sus costumbres , aceptándolo o rechazándolo según ideologías imperantes. Ha existido en todas las épocas; en tiempos remotos, relacionado con las celebraciones religiosas, y en como una respuesta aceptable y comprensible a situaciones intolerables para la persona, como la esclavitud y el sufrimiento extremo. Históricamente, la conducta suicida se ha transmitido de cultura en cultura desarrollándose corrientes de opinión con aceptación y comprensión al acto y otras fuerzas que ven la conducta suicida como manifestación de una alteración mental.