Aplicación de técnicas de aprendizaje automático al análisis de variables sociodemográficas, conductuales y de la actividad cerebral durante la toma de decisiones

Abstract

La Toma de Decisiones (TD) se describe clásicamente como la serie de pautas y procesos mediante los cuales un individuo es capaz de preferir una opción por encima de otra u otras (Hayes, 1950). Las personas disponemos de esta habilidad cognitiva que implica el vínculo entre sistemas, órganos, sentidos y razón. Todo procurando efectuar juicios que permitan la adaptación y la supervivencia. Se dice que una decisión “ideal” (es decir, que no conlleva riesgo alguno), es ejecutada bajo tres proposiciones principales: el individuo está completamente informado, es infinitamente sensible y es racional (Edwards, 1954). Sin embargo, al no ser capaces de cumplir en su totalidad estas premisas, estamos sujetos a “intentar” acercarnos lo más posible a este paradigma. Esto es el estudio de la TD: conocer los mecanismos cognitivo-conductuales que llevan a una persona a tomar una decisión, las formas en que estos mecanismos funcionan y cómo se pueden ver afectados. Identificar a una persona cuya habilidad para tomar decisiones se ve aminorada es cuanto más retadora. Ya que, el ambiente cotidiano puede no proporcionar información suficiente, además de que ponderar una destreza embebida en la mente de una persona suele ser un problema común para los profesionales de la salud mental. El primer caso registrado cuyo declive en dicha habilidad dio la vuelta al mundo fue Phineas Gage. Un joven de 25 años que, siendo obrero sufrió un accidente que le introdujo una barra de hierro justo en la parte frontal del cráneo, causándole una pérdida total del lóbulo frontal del cerebro. A pesar de la gravedad del accidente, Gage fue capaz de sobrevivir y llevar una vida “normal”. Sin embargo, como se describe en el libro “El Error de Descartes” (A. Damasio, 1998), los estragos del...