Tasa de filtrado glomerular y calidad de la dieta en pacientes de tres a 12 años de edad con enfermedad renal crónica secundaria a anomalías congénitas del riñón y del tracto urinario, atendidos en el Nuevo Hospital Civil de Guadalajara “Dr. Juan I. Menchaca”.

Abstract

Introducción. La enfermedad renal crónica (ERC) es un problema de salud pública. En los niños, la mayoría de los casos se debe a anomalías congénitas del riñón y del tracto urinario (CAKUT). La calidad de la dieta es el patrón dietético o indicador de variedad de grupos de alimentos clave, en relación a lo recomendado en las diversas guías de alimentación, la cual se puede ver influenciada por factores culturales, sociodemográficos, preferencias familiares y estilo de vida. Se ha reportado como presentar baja calidad de la dieta puede tener impacto negativo sobre la progresión del daño renal; mayor apego a diversas guías alimentarias o patrones alimentarios, principalmente la dieta mediterránea y la dieta de enfoques alimentarios para detener la hipertensión (DASH), se ha asociado con bajo riesgo de progresión de daño renal. Objetivo: Demostrar la correlación entre la tasa de filtrado glomerular y la calidad de la dieta en pacientes de tres a 12 años de edad con ERC secundaria a CAKUT atendidos en el Nuevo Hospital Civil de Guadalajara “Dr. Juan I. Menchaca”. Metodología: Estudio transversal analítico donde se evaluaron sujetos de tres a 12 años de edad de ambos sexos con ERC secundaria a CAKUT que asistían a consulta externa del Nuevo Hospital Civil de Guadalajara “Dr. Juan I. Menchaca” de marzo de 2022 a febrero de 2023 y que contaban con medición de creatinina sérica máximo 15 días previos a la evaluación. No se incluyeron a los pacientes que presentaban ERC secundaria a otra patología, pacientes con trasplante renal, diagnóstico de lesión medular o amputación e hipotrofia de extremidades. Para evaluar la TFG, se utilizó la fórmula actualizada de Schwartz y para la calidad de la dieta se desarrolló y evaluó la reproducibilidad de la encuesta de calidad en la dieta en pediatría (CADPED). Para el análisis de datos se utilizó correlación de Pearson para distribución normal o Spearman para las variables asimétricas. Para otras variables policotómicas se utilizó Tau B de Kendall. El efecto de las otras variables se valoró con prueba POS-HOC de regresión lineal y Odds Ratio para determinar el riesgo de presentar TFG menor en relación a la calidad de la dieta. Resultados: Se evaluaron 50 pacientes de los cuales 27 (54%) fueron de sexo femenino y 23 (46%) de sexo masculino con una mediana de edad de 8 años 1 mes. Se diagnosticó ERC en estadio I en 45 de los sujetos (90%), en estadio II en cuatro (8%) y en estadio III en uno (2%) con una TFG promedio de 115.4 ± 3.8 ml/min/1.73 m2. Al evaluar el nivel socioeconómico, se encontró que la mayoría de la población (28%) eran de nivel socioeconómico C-, seguido por el nivel C (22%) y D (20%). Al evaluar la edad gestacional, 26% fueron pretérmino. Al analizar la desviación estándar del puntaje Z del índice de masa corporal para la edad (IMC/E) y talla para la edad (T/E), se encontró una media de -0.18 (±0.20 DE) y -0.64 (±1.38 DE) respectivamente. Por otro lado, se evaluó el consumo proteínico en una encuesta alimentaria de recordatorio de 24 hrs., donde la media de consumo por kg de peso actual fue de 2.37 g (±0.92). La mayoría de los sujetos (94%) no presentaban proteinuria según el examen general de orina. Al evaluar la calidad de la dieta con el instrumento CADPED, 16 (32%) mostraron tener una dieta de muy baja calidad (£ 3 puntos), 30 (60%) necesidad de mejorar el patrón alimenticio (4-7 puntos) y solo 4 (8%) dieta óptima (³8 puntos). Al realizar el análisis de la correlación entre CADPED y la TFG, no se obtuvo resultado significativo (p= 0.107, r 0.231). Al analizar la diferencia de medias de la TFG glomerular con relación a las respuestas de los ítems, se observó una diferencia significativa en el consumo de cereales integrales al menos 5 días a la semana, donde los sujetos que tuvieron “no” como respuesta presentaban una TFG mayor con tendencia a hiperfiltración con una media de 152 ml/min/1.73 m2 (p= 0.004). Se obtuvo una correlación negativa significativa de la TFG con la variable de ácido úrico (r -0.54, p= 0.003) y regresión lineal significativa (R2 0.299, p= 0.003). Los pacientes con ERC en estadio 2 y 3 se unieron para conformar el grupo con la variable desenlace, sin embargo, no se observó asociación significativa (r -0.200, p=0.161), la exposición a dieta de muy baja calidad fue más frecuente en los pacientes con estadio 2 y 3 que la necesidad de mejorar la dieta y dieta óptima (6% vs. 4%; p=0.311) (OR 0.863, 95% IC 0.672-1.108), por otro lado, fue mayor el número de sujetos que se encontraban en estadio I y presentaban necesidad de mejorar la dieta y dieta óptima (64%) (OR 3.188, 95% IC 0.590-17.23), sin embargo, el resultado no fue significativo (p= 0.311). Conclusión: La literatura sugiere cambios en el estilo de vida, que incluyen hábitos relacionados a la alimentación y actividad física para los pacientes que viven con ERC, sin embargo, la información que existe para este grupo poblacional es escasa. En este estudio, a pesar de no haber aceptado la hipótesis planteada, se pudo observar una tendencia hacia la asociación entre ambas variables (TFG y calidad de la dieta), por lo que nos brinda un acercamiento a la relación que existe entre la calidad de la dieta y la función renal.