Las monjas Capuchinas en el Occidente de México. La vida conventual a través de la Correspondencia con frailes franciscanos y visitas episcopales, 1764 - 1868

Abstract

Desde una perspectiva histórica, la investigación sobre monjas novohispanas es reciente. Sobre todo, respecto a la de las órdenes religiosas masculinas. La experiencia con que se han enfrentado desde siempre los investigadores de las religiosas y sus conventos es lo arduo de la búsqueda de documentos, que por miles se trasladaron a los archivos tanto de instituciones públicas y privadas, como

a los archivos eclesiásticos.

Recientemente, numerosos archivos religiosos han abierto sus fondos y permitido con ello profundizar, ampliar y dar nuevas interpretaciones a los documentos coloniales que las religiosas produjeron y redactaron por mano propia. Podemos dar cuenta particularmente de los documentos que se encuentran en los fondos de religiosos en el arzobispado en Guadalajara y de guardianes en el archivo de la orden franciscana en Zapopan. Fue precisamente en el fondo Guardianes del Archivo Histórico de Zapopan donde encontramos por primera vez la correspondencia de religiosas dirigida a diversos guardianes y frailes del Colegio Apostólico de Guadalupe Zacatecas. Su recopilación y lectura estimularon el interés por llevar a cabo un trabajo que, esclareciera las frases e

1 Octavio Paz. El Mono Grámatico. En Obras Completas: Obra Poética I, (1935-1970). F.E.C. México, tomo 11, pp. 459-519. 7

ideas que resultaban extrañas y ciertamente opacas para el conocimiento que teníamos sobre la vida monacal femenina y las construcciones que las albergaron. En el mundo contemporáneo sorprende saber que aun existen monjas de

clausura, ya que la figura de la religiosa nos envía a un pasado remoto. La pregunta que sigue a esta observación es saber en dónde están ubicados sus conventos. Estos edificios son considerados bloques erráticos, es decir, espacios fuera de la escena urbana, porque las religiosas de clausura son personajes intangibles puesto que la vida que se desarrolla en el interior de los conventos se apega a una regla medieval y a estatutos de conductas pautadas y formas del tiempo religioso cotidiano. El establecimiento de las órdenes femeninas2 y la edificación de sus

conventos en la Nueva España se inicia en el siglo XVI. Primero en la ciudad de México y posteriormente en las urbes vecinas. A lo largo de la Colonia, la presencia de los claustros se expandió por las ciudades del territorio novohispano3