Los anuros de la Sierra de Quila, la caracterización bioacústica de sus cantos reproductivos y su relación con los factores microambientales y geográficos

Abstract

RESUMEN Se presenta un estudio sobre los anuros de la sierra de Quila, se hace énfasis en la caracterización bioacústica de sus cantos reproductivos y su relación con los factores microambientales y geográficos de su distribución. El presente trabajo se desarrolló en el Área de Protección de Flora y Fauna “Sierra de Quila”, en Jalisco, que se ubica en el Eje Neovolcánico transversal a 100 Km al sur oeste de Guadalajara. En el área se establecieron tres transectos (200 m por 6 metros) en cada tipo de vegetación presente, cada tipo de vegetación corresponde a los diferentes niveles altitudinales en la zona, desde los 1300 m hasta los 2450 m. Los transectos se visitaron dos veces por mes durante el periodo de lluvias (julio-septiembre) y durante los años 2013, 2014 y 2015. Los recorridos de trabajo se realizaron durante tres días, desde las 21:00 hasta las 00:00 hrs. Una vez localizado el o los individuos cantando se grabaron por espacio de cinco minutos como mínimo y a una distancia de 30 a 50 cm, con un micrófono colocado a 90° del individuo vocalizando. Una vez obtenidas las grabaciones, se analizaron cinco cantos por individuo mediante el uso de los programas Adobe Audition y Sound Rules a una frecuencia de muestreo de 44,100 Khz y una resolución de 16 bits, para determinar las características espectrales de cada especie. Como resultado, se determinó la existencia de 24 especies en la Sierra de Quila, 21 especies se distribuyen en el Bosque tropical caducifolio, 20 especies en el bosque de galería, siete en el encinar, siete en el Bosque de pino-encino, cinco en el Bosque de encino-pino y tres especies en el bosque de pino. Sólo fue posible registrar los cantos de once especies en total y se documentó que existe una amplia variedad en la estructura de los cantos: llamados de una sola nota, llamados de dos notas, así como llamados con múltiples notas. Existe variación en todos los parámetros excepto en el tiempo entre notas de la señal de apareamiento de Eleutherodactylus nitidus en dos localidades geográficas de su distribución: Puebla y Jalisco, cuyo sistema de comunicación no había sido estudiado previamente. Se generó un modelo de distribución potencial de la rana pigmea ladrona (Craugastor pygmaeus), una especie poco conocida, con la finalidad de aumentar el conocimiento acerca de su distribución en las áreas naturales protegidas. El modelo de distribución potencial predijo intersección con 59 Áreas Naturales Protegidas en México, en una superficie de aproximadamente 23,000 km2. En lo que respecta a la ecología de los anuros, se registraron 24 especies en el área de estudio, los que representan más del 94% de la riqueza real según distintos estimadores. Cuatro de ellas se contemplan en la NOM-059-SEMARNAT-2010, con alguna categoría de riesgo. La diversidad por tipo de vegetación reveló que tanto en bosque tropical caducifolio o bosque tropical seco como en bosque de galería o bosque ripario se obtuvieron los valor mayores, mientras que en el bosque de encino pino y bosque de pino los menores. El mismo patrón se observó para la riqueza (mayor en el bosque tropical caducifolio y en el bosque de galería), sin embargo, hay especies con preferencia por los bosques templados, lo que genera un importante recambio de especies entre los tipos de vegetación. Los anfibios usan ocho tipos de microhábitats, el suelo fue el más frecuente (16 especies), pero, sólo siete especies exhibieron preferencia significativa por algún microhábitat. Craugastor pygmaeus es la especie de menor tamaño dentro de su género y probablemente el anuro más pequeño de los conocidos en México. Su canto es un silbido corto sin frecuencia modulada con una repetición sumamente irregular en el tiempo. Se distinguió que los cantos de anuncio presentan variación restringida en la frecuencia dominante, lo que podría significar que C. pygmaeus tiene una firma espectral distintiva a nivel individual. El estudio de los anuros y sus vocalizaciones, permiten detectar la presencia de especies cripticas o de difícil localización, lo que permitirá avanzar en el conocimiento de la diversidad biológica y fortalecer los estudios de sistemática, así como establecer estrategia de manejo de largo plazo.