Memoria operativa y conectividad cerebral posteriores a un Traumatismo Craneoencefálico en la adolescencia

Abstract

La capacidad de codificación, mantenimiento y actualización de nueva información, o memoria operativa (MO), es el componente del funcionamiento ejecutivo mayormente vulnerable ante un traumatismo craneoencefálico (TCE) en la adolescencia; pues comparado con la inhibición de la interferencia y la alternancia, se desarrolla y consolida más tardíamente. Dada la importancia de este componente en actividades de la vida diaria y el desempeño escolar, sus alteraciones han sido ampliamente estudiadas. La adolescencia, es una etapa del neurodesarrollo caracterizada por un incremento significativo de la sustancia blanca, específicamente en tractos que conectan regiones cortico corticales –tractos de asociación-. El daño axonal difuso es una alteración en la sustancia blanca como consecuencia de un TCE cerrado, el cual ha sido relacionado con las secuelas cognitivas persistentes. Un TCE en la adolescencia tiende a afectar procesos ejecutivos en consolidación como la MO y estructuras en plena mielinización como los tractos de asociación. No obstante, aún es controversial el mecanismo fisiopatológico que sustenta este tipo de secuelas cognitivas, por lo que el objetivo del presente trabajo fue determinar si los déficits en MO posteriores a seis meses de un TCE en la adolescencia se relacionan únicamente con alteraciones en la integridad del fascículo longitudinal superior Para esto, realizamos una evaluación neuropsicológica y un estudio de Imagen por Resonancia Magnética (IRM) secuencia de Imagen por Tensor de Difusión a 22 adolescentes con TCE moderado y severo, seis meses posteriores a la lesión y los comparamos con 22 controles sanos. Nuestros resultados muestran diferencias entre ambos grupos en tareas de MO, no así en inhibición ni alternancia; además de alteración en tractos de asociación pero no en un tracto de proyección. Las correlaciones entre desempeño cognitivo y la integridad de la sustancia blanca nos muestran que no solo el fascículo longitudinal superior es importante durante el desempeño en tareas de MO, sino también el fascículo fronto-occipital inferior.