Mujeres rurales: estrategias productivas y contribuciones al desarrollo rural. Estudio de caso en el Occidente de México

Abstract

En México, las estadísticas no reflejan la participación de las mujeres en la toma de decisiones familiares respecto a las estrategias de los sistemas de producción. Además, existe un creciente número de familias rurales encabezadas únicamente por mujeres. Por ende, es necesario contar con una mejor comprensión del papel de la mujer en la agricultura. El presente estudio tiene el objetivo de analizar el papel de las mujeres rurales que toman decisiones en las unidades producción familliar y determinar cuáles son sus contribuciones al desarrollo rural en un caso del Occidente de México. Este estudio aborda la problemática antes referida desde la perspectiva de los actores sociales y la teoría de género. Se empleó una metodología mixta. En la parte cualitativa se recurrió a las técnicas de investigación documental, informantes clave, transecto y estudio de caso. En la parte cuantitativa, se determinó un índice para medir esta participación y dar cuenta de la diversidad de casos, para tal efecto se consideraron las decisiones clave de los sistemas de producción en los que la participación de las mujeres puede variar. Los resultados indican que factores internos como el estilo de vida, el conocimiento transgeneracional, los patrones de herencia, la negociación al interior de los grupos domésticos y el ciclo vital familiar, y que factores externos como el mercado y las relaciones comunitarias, causan la participación de las mujeres rurales en el proceso de toma de decisiones. Se observó que las decisiones de estas mujeres giran en torno a las estrategias de vida, esto debido a que dan prioridad al bienestar de los grupos domésticos, y que el análisis del riesgo es determinante en la configuración de las estrategias productivas. Se identificaron tres estrategias productivas: la combinación de agricultura con ganadería, la producción de monocultivos, y la recolección de productos no maderables. Asimismo, se observó que las principales contribuciones de estas mujeres en el desarrollo rural de sus comunidades, son respecto a la equidad de género y al bienestar de los grupos domésticos mientras que realizan pocas contribuciones a la sustentabilidad de los recursos naturales. De nuestro estudio, podemos concluir que, las familias rurales tuvieron que adaptarse a las circunstancias generadas por la pérdida de valor económico de la actividad agropecuaria a pequeña escala, la migración y la crisis de los cuidados, lo que modificó los patrones de herencia en beneficio de las mujeres rurales, quienes asumieron la responsabilidad de los cuidados de los titulares que envejecían, a la vez que tomaron el liderazgo de las unidades de producción familiares. Faltan políticas públicas que faciliten la transmisión del conocimiento campesino transgeneracional que estas mujeres aprendieron durante su niñez, y que pueda contribuir a la seguridad alimentaria; es necesario que sus aportaciones al desarrollo rural sean visibilizadas y que se generen esquemas de atención a sus necesidades mediante una metodología participativa; es necesario que se fomenten espacios que contribuyan a la identidad colectiva y que a su vez facilite la participación de mujeres jóvenes con la inquietud de dedicarse a la actividad agropecuaria, ya que en el área de estudio, la población de mujeres rurales que toman decisiones en los sistemas de producción, tiende a envejecer y sus descendientes tienden a emigrar de estas comunidades, y no existen mecanismos sociales para el rescate de este conocimiento en los habitantes que se quedan.