Satisfacción laboral del profesorado ante los procesos de innovación.

Abstract

Las universidades son sociedades de conocimiento, comunidades que aprenden, redes de personas, saberes, sistemas, metodologías y tecnologías. Interconexiones humanas y físicas cuyo principal objetivo es la formación del ser humano integral en la inteligencia, el carácter y los sentimientos para una libertad posible y una libertad responsable (Latapí, 2008). Como instituciones educativas su compromiso es la generación y aplicación del conocimiento, además de difundirlo, socializarlo y, en general, gestionar lo que en ellas se produce. Para conseguirlo en forma sustentable deben instalar un amplio proceso de innovación permanente que opere como motor de la propia institución y como principal activo hacia la sociedad que las alberga y les confiere la capacidad de formar los cuadros y los ciudadanos actuales y futuros. Quien es docente es el actor principal de este esquema, y es en quien recae una de las mayores responsabilidades de los procesos de innovación y calidad en la enseñanza- aprendizaje. En el docente se configuran los procesos generales y los modelos que caracterizan y distinguen a las instituciones educativas. Aunado a ello, las tecnologías de la información (TI) han sido consideradas desde las políticas públicas como elemento importante para el mejoramiento de la calidad educativa, pero esta posición no suele coincidir del todo con la del profesorado, y por ello resulta fundamental conocer el grado de satisfacción laboral de quienes son docentes respecto a la introducción de las TI en su trabajo cotidiano, así como entender su percepción de los procesos de calidad en la educación, específicamente en los temas de innovación y en las posibilidades que las TI brindan para el desarrollo de su práctica profesional. Es importante, por todo ello, analizar la relación existente entre los niveles de satisfacción y la gestión y mejora de la calidad educativa, pues docentes poco satisfechos — laboralmente hablando— no podrán realizar con calidad el trabajo que los nuevos procesos educativos demandan y que requieren además ser cualificados académicamente, estar motivados para que estimulen el aprendizaje de sus estudiantes (Cardona, 2011; Marúm, et Universidad de Guadalajara 2 Centro Universitario de Ciencias Económico-Administrativas al, 2015). Es por ello que esta investigación doctoral revisa, por una parte, los conceptos de calidad de la enseñanza superior, los de gestión y gobierno en las universidades y los de satisfacción laboral, así como el entorno de innovación que han generado las tecnologías en las universidades. Por otra parte, se ha abocado a identificar, con base en un amplio trabajo de campo, cómo se ha experimentado en las y los profesores de una universidad pública mexicana, la Universidad de Guadalajara (U de G), la satisfacción laboral a partir del proceso de reforma administrativa, normativa y física de esta institución que coincidió en tiempos y contextos con la integración de TI en sus instalaciones (iniciados ambos en la década de 1980 y vinculados de manera muy cercana con la política pública federal y con las tendencias internacionales, tanto en administración como en tecnologías). En las instituciones educativas, y particularmente en los procesos de enseñanza- aprendizaje, la innovación va íntimamente ligada al uso de tecnologías de la información, tanto para las diferentes tareas del proceso de diseño y planeación de cursos, como para las estrategias educativas, la mediación pedagógica, los recursos educativos y la evaluación, entre otros aspectos. En las últimas dos décadas, y como resultado de los requerimientos de las políticas públicas, las instituciones educativas han puesto en marcha diversos procesos de formación para incorporar el uso de las TI en el trabajo docente. Sin embargo, diversos estudios que aquí se evalúan encuentran que, a diferencia de quienes son gestores, el profesorado tiene una perspectiva distinta sobre los factores que más inciden en la calidad educativa, y para ellos las TI no son los elementos centrales de la mejora de la calidad como sí lo son para las áreas de dirección, por lo que existe un conflicto aparente entre las percepciones de estos dos actores. Por otro lado, los hallazgos que arroja la parte empírica de esta investigación doctoral podrían aportar conclusiones de carácter operativo para fortalecer políticas universitarias específicas, o bien para buscar alternativas con mayor grado de incidencia en la satisfacción laboral del profesorado.