Evaluación de políticas públicas

Abstract

La evaluación es una disciplina elemental que tiene relación con muchas

actividades humanas y que intenta mejorar las condiciones y los resul- tados del ámbito evaluado. Son variados los aspectos o elementos que

pueden ser evaluados; se puede examinar la efectividad con relación al costo, la confiabilidad, la eficiencia, la seguridad, la facilidad de uso o la confiabilidad del objeto evaluado, sea un bien, un servicio, un proyecto

o una política (Stufflebeam y Shinkfield, 2007, citado por Grupo Intera- gencial de Desarrollo Rural, 2009: 5).

La evaluación de política pública y específicamente en cuanto a su

orientación de política social, reviste gran importancia para los gobier- nos y sociedades actuales a partir de su bondad de permitir confirmar el

valor, la importancia y capacidad para la mejora del programa evaluado, así como el rendimiento de cuentas. Según Aguilar (2008: 129):

La evaluación está orientada a examinar la eficacia social de los programas que in- tegran una política pública, de tal forma que cada uno de ellos tenga una contri- bución marginal probada en la solución del problema público base que motivó su

formulación e implementación; de igual forma, la evaluación encuentra el sustento

en examinar de manera rigurosa si el conjunto de programas que integran una po- lítica pública se encuentra organizado de manera consistente y coherente, de tal

forma que los principios, las acciones y las actividades específicas de cada uno de los programas se muevan en la misma dirección, contribuyendo así a la solución del problema original. En los espacios del análisis de políticas con carácter social, la fase de la evaluación ha experimentado un amplio y marcado desarrollo. Se ha

diseñado, igualmente, una extensa gama de metodologías para la evalua- ción, estructuradas bajo distintos paradigmas, diferentes enfoques y con

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una amplia diversidad de herramientas para la obtención y el tratamiento de datos. Esto a partir del reconocimiento de la necesidad teórica, pero aún más empírica y práctica, de generar resultados mediante los cuales se puedan obtener elementos fiables para la mejora y el incremento en la precisión y la adecuación a los objetivos y metas propuestas por parte de dichas políticas evaluadas.

Desde la perspectiva de Cardozo (2006: 13), la evaluación en la ma- yoría de los países industrializados cuenta con un siglo más de experien- cia que en los países subdesarrollados. En un gran porcentaje de los paí- ses occidentales, la evaluación en los espacios públicos gubernamentales

de las políticas públicas demanda y adquiere relevancia a partir de las últimas décadas. En términos de evaluación, México, al igual que la mayoría de los países de América Latina, ha seguido la tendencia mundial, y es el campo de la educación el que presenta más evidencia y experiencia en relación

con la evaluación de política social. En nuestro país la evaluación se in- tensifica a partir de la creación de programas para la educación, la salud

y los alimentos, para los cuales se estableció por decreto gubernamental la obligación de ser evaluados, a partir de la imperiosa necesidad, por parte de los gobiernos, de aumentar su eficiencia en la solución de los

problemas públicos, y de las crecientes demandas de la sociedad mexica- na por encontrar un desarrollo social integral.

Contar con una evaluación integral permite a los gobiernos direccio- nar y ajustar estratégicamente sus políticas y programas hacia el logro

de sus objetivos y metas, a partir de la comprensión de sus resultados o outputs (productos o servicios) e impactos (efectos provocados). Para

ello resulta necesario conocer las características de los recursos emplea- dos y de los procesos que han permitido su transformación en resultados

(productividad, eficacia, etcétera), así como sus principales condiciones contextuales (económicas, sociales y políticas) (Cardozo, 2006: 14).

La evaluación en países como México, que abarca una amplia ex- tensión territorial, encuentra una marcada importancia en la obtención

de elementos que le permitan visualizar la forma en que son aplicados los programas públicos, y cuáles son los resultados que provocan en los lugares y comunidades más lejanas y de difícil acceso, así como en los espacios urbanizados.